Digamos que simplemente sé lo que te pasa

Esto no es un intento de que cambies de opinión, es sólo una opinión voluntaria de alguien que te admira y que te considera un entrañable, un hermano, un segundo o tercer padre, un abuelo que nunca tuve cerca.

Desde hace un tiempo sé lo que te pasa, sé que estás cansado y que probablemente ya todo te valga madre.

Llegaste a mi vida de una forma extraña y ese día me abriste la puerta como si te conociera de años, me cuidaste, quizá al principio por compromiso y después por convicción. Me inspiraste y me diste la mano, de alguna forma y sin hacerlo obvio, me escogiste no sé porque razón, pero te lo agradezco y espera de mi parte garantía. Para mí no eres un jefe, un cliente, un compañero ni conocido, eres mi hermano y como hermano te digo lo que tengo que decirte.

Lo que quiero que tengas claro, es que existe en tu vida un grupo de personas que te aman, que te admiran, que esperan de tí muchas cosas, porque hay muchas cosas que aún nos quedan por aprender de tí.

Sí, yo soy una de esas personas, tengo poco tiempo compartiendo contigo y ya soy fiel a tus principios, a tu visión, a tu amistad y tu cariño, no quiero imaginarme cuanto te aman esos con los que ya has compartido mucho más que conmigo.

Quiero que sepas que puedes confiar en mí para lo que sea, tal vez no tenga la experiencia de tus años para pedirme consejo o confiarme tus problemas serios, pero tengo la visión de los míos y en mi visíón y a mi nivel quédate tranquilo que lo que me pidas se hará con buena mano y con el cariño que te tengo.

Yo no creo que tenga el derecho de exigirte mucho, al menos no lo que quisiera, pero hay otras personas que sí lo tienen y por ellas estoy hablando.

Me expongo a muchas cosas diciéndote lo que te digo, puede que te valga madres, o que pienses: ¡Que pesado!, pero vales mucho más que el riesgo.

Espero que aún no confundamos nuestro tema con el tema de nuestro trabajo, porque ese día (cuando te vea como negocio y no como amigo) te vas a la chingada mi hermano.