EL AVION DE MIS SUEÑOS, mis miedos pendejos Y NUNCA DEJAMOS DE SER NIÑOS.



Resulta que hace como dos años me empecé a meter en el asunto del Radio Control, era tanta mi emoción que recibí de regalo un helicóptero de 4 canales, tipo apache verde que estaba de huevos.

Lo saqué de su caja y leí el manual como cuatro veces antes de poner a cargar la batería y poder volarlo por primera vez, estaba ralladísimo con mi helicóptero nuevo que parecía niño de 11 años buscando el lugar preciso para volarlo y llamando a todo mundo para el gran evento: el primer despegue.

A la primera rompí las aspas y me dí cuenta de que era una cosa mucho más difícil de lo que pensaba, tuve que practicar mucho y romper muchas otras aspas para finalmente poder controlarlo más o menos y dejar de estrellarlo.

Con el tiempo, sumé aspas, baterías y tiempo de vuelo, la verdad es que nunca pude controlar ese helicóptero a la perfección, pero era un tema más de bondades del aparato que de habilidad mía ( o eso supuse). Sumé también (aunque pocos como los minutos de vuelo) ratos de diversión y de relajación, dándome así una manera más de un encontrarme conmigo mismo y con mis habilidades aeronáuticas.

Después de algunos meses, ya no era tan divertido volar ese avión y decidí moverme por algo más retante y no mucho más caro. El 31 de junio de 2009, compré por internet mi primer avión de radio control eléctrico, una maravilla, un lujo, una bestia, una cosa bárbara, estaba ralladísimo, además lo conseguí en un muy buen precio. El tema de traerlo es que salía como 300% mas caro de lo que costó el avión y tuve que esperar hasta hace 5 días para finalmente tenerlo entre mis manos.

Se supone que este avión estaba listo para volar (Ready to fly)pero aún así pasé alrededor de 6 horas armándolo con toda devoción, como un niño, de verdad, uno se puede perder todo el día armando una cosa de esas, y estaba tan ansioso por poderlo probar que me puse de malas al saber que este fin de semana no podría probarlo.

De cualquier manera y con fines más de prueba que otra cosa, decidí poner en marcha todos los sistemas para corroborar que todo estuviera trabajando correctamente, fue así como con ayuda de Piojo y Papaya, echamos a andar el Catalina para darnos una idea de la potencia y alcances del nuevo avión.

Andando los motores, con las aspas girando a máxima velocidad, decidí mover unos cables que le estaban estorbando a un servo y MOCOS, que meto la mano en las aspas y me llevé unas muy buenas cortadas, y la burla de dos weyes recordándome lo pendejo que soy cuando me ponen un avión de radio control enfrente.

Así las cosas, no me importó la cortada que me puse porque al fin tenía mi avión y nada más importaba en el mundo. El tema es que ahora siento un nudo en el estómagio porque tengo miedo de que como a la primera con el helicóptero, haga mierda el avión por el que tanto he esperado.

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